TC’s, mamporrer@s y espoiler del DBT

Estáis de suerte, calcetineros. Esta vez voy a ir directa al grano porque a mí se me va el fuelle en cuanto se apagan las luces y salen todos a la calle. Sin la voz de Floren guiando los pasos de esta fauna, se rompe el hechizo y nos queda la maldita realidad. Y la realidad es que Susi parece enamorada de un pelirrojo que se ha plantado en Murcia para compartir una comida familiar, que hay que ir estrechando lazos que la niña tiene una bolsa de panes bajo el brazo, está buena, lo es y… en fin, es lo que hay. De momento.

Pero no venía yo a obsequiar al hipotético lector con las secuelas de GH, o sí. Mis intenciones son otras. Durante un par de párrafos pretendo analizar minuciosamente el fenómeno fan que afecta, infecta y alimenta este maldito concurso de la tele.

Soy consciente de que a estas alturas cualquiera que pase por aquí sabe que además de adicta de las que apenas duerme, la enladrilladora es una tía coñazo que cuando empuña la tecla es poseída por el espíritu de Gloria Fuertes o algo peor y nunca se sabe lo que puede pasar.

Y lo que pasa es que tras cuatro meses de enganche, el mono de (presunta) realidad televisada se convierte en un problema.  Hace unos años el proceso de rehabilitación era más doloroso ya que nos quitaban el vicio de golpe, pero actualmente Tuiter tiene una herramienta cargada por el diablo (que se lo digan si no a @ladelcable) y como los cenutrios que abandonan Guadalix deben tener un problema parecido al nuestro, continúan enseñándonos el culo online para mantener viva la llama del interés.

Me refiero a las malditas TuitsCams o como demonios se escriba.

Ayer, sin ir más lejos, Lore e Igor casi coinciden en el espacio y el tiempo virtual. Yo me las tragué las dos. La ambientación del vasco fue mucho más elegante, por cierto.  El tío, con las tablas que le han dado sus años locos  de julepe, engatusó a los adeptos y mandó al carajo a los detractores. Un machote, un encantador de víboras entre las que tengo el honor de encontrarme. Allí estaba su mujer también, una monada  de Vizcaya con muy malas pulgas. Me declaro muy fan de la encantadora Ainara. Los dos se entregaron a fondo. Les irá bien.

Míooo, es míooo

Lo de Lore es inenarrable. La pobre es un coñazo, fenotipo sanguijuela emocional de éstas que se cuelga de sus amistades hasta el punto de que hay que mentir para darle esquinazo. Dios me libre de insinuar que Yessi lo hiciera, pero justo ayer se le rompió el coche y no pudieron ir a Benidorm a darle la brasa a no sé quién. La cuestión es que Lore dejó caer que Raky (que es un pato mareado con Tuiter) y Juan Carlitos podrían llegar a algo, mientras que Igor y Ainara lo negaban prefiriendo apostar por el pobre Choco, que andará por ahí arrastrándose con las muletas mientras Raky se desintoxica del encierro, firma su intervíu de rigor y decide abandonarlo. O no. Lo dije el primer día y lo repito: la manicurista debe tener depósitos de acetona en el hipotálamo.

Me da igual que la casa de la madre de Igor mole más

Y esta misma tarde Manero andaba ejerciendo de chantajista emocional ante el público tuitero usando la enfermedad de su madre como pretexto. Una obscenidad más de éstas a las que más o menos ya estamos acostumbrados.

Que no cunda el pánico si alguien se pierde una de estas maratones ególatras en directo. Algunos tienen el detalle de dejarla grabada para nuestro regocijo. Y si no, siempre nos quedarán las peleas tuiteras a la antigua usanza. El DJ buscando camorra frente al vasco, o Desirée, que se ha instalado en casa de la Macha y no deja de cagarla diariamente por tierra, mar y aire cada vez que abre la boca. Me temo que la Nacha no es la mejor compañía para la de Umbrete. He leído por ahí que ella misma se postula para Supervivientes. Esta rebuznadora tiene la sensación de que la está utilizando, si bien es muy probable que sea por el momento la proveedora de chulazos que Desi necesitaba. Ya lo dijo ella: “cuando salga de aquí me lo voy a comer tó, pero tó, tó, tóoo”. Pues termina ya y espabila, maricón (léase en el mismo tono en el que ella lo pronuncia) que como no te ajustes al corporativismo de tus futuros compañeros de trabajo te van a dar por culo pero bien dado. Con perdón, que todo el mundo sabe que yo lo que quiero es que Desi triunfe.

El caso es que el resultado de todo esto es que esta noche he soñado con Igor. Claro que en el mismo sueño aparecían también los marqueses de Urquijo redivivos. Ignoro la razón, pero si lo analizo fríamente tal vez se deba al rinconcito que escogió el matrimonio para la retransmisión. De todas formas he amanecido radiante, que es lo que importa.

Ayer por la tarde también se celebró una especie de Día de Acción de Gracias wallista. Los megafoneros compraron un camión de barras de pan, cocinaron unas viandas, llenaron unos barreños de plástico con sangría (¡horror!) y se fueron a un lugar desconocido en el campo para celebrar que sus gurús se aman. Oh, sí, se aman. Como los buenos y agradecidos profetas que son se dignaron a hacer acto de presencia durante la ceremonia. Cuando entraron en calor quisieron obsequiar al borreguerío tuitero con otra tuitcam (hubiera sido la primera de la tarde) pero la cosa se torció y se quedó en amago.  No obstante la pareja grabó un comunicado a lo Felipe y Letizia que fue difundido posteriormente vía yotube para que nadie se ofendiera.

(Nota de la enladrilladora: el miembro más destacado de los megafoneros es canario y se desplazó hasta Madrid en avión…)

Y es aquí cuando aprovecho para enlazar con el otro tema, el del mamporrerío que sigue en masa a estos nuevos ídolos de barro como si la vida se les fuera en ello. Esta enladrilladora tiene varias teorías para justificar este fenómeno sociológico. La primera y más natural es que las propias familias despliegan los medios que  tienen a su alcance para catapultar a los miembros de su familia que se hayan expuesto al experimento. Unos con acierto y buen gusto, como la bendita madre de Igor,  y otros con torpeza y mala leche, como Ramón Walls y su hijo. Por cierto que la madre, una señora estupenda  a la que aprovecho para felicitar desde estas líneas por haberse divorciado, está dolida porque su apellido no suena por ninguna parte. Va por ti, Zita: Sánchez, Sánchez y mil veces Sánchez. La segunda teoría es más retorcida, pero en las redes sociales proliferan perfiles sospechosos que podrían actuar como “animadores virtuales” o mercenarios online. Tengo más, pero ninguna de mis teorías sería factible sin la presencia del borreguerío dispuesto a ensalzar a una pandilla de descerebrados que se encierra cuatro meses 24/7 en la tele por cuatro gordas.

La recompensa parece ser que consiste en tener conocidos “famosos” para contárselo al panadero, pero sobre todo, para aumentar el número de seguidores en las redes, que es una nueva forma de riqueza, la popularidad virtual.  Hoy que estamos en San Juan es el día más de adecuado para mentar la hoguera de vanidades en la que se ha convertido la red. Algunos listos sí que la saben emplear en su beneficio, pero el resto son somos nada más que unos matados porque la fama últimamente está muy devaluada. Y es que los ejjjpañolitos no tenemos remedio. Mientras una pandilla de descerebrados que no pierde el tiempo en entretenerse con las chuminadas de Mediaset nos expolia, nosotros nos dedicamos a reír las gracias de Mario Vaquerizo. Y ojo, que éste no expolia a nadie: se gana el pan con el sudor de su frente y además lo hace de puta madre. Mal ejemplo he puesto porque Mario es una debilidad personal. Olvi me cae mal porque es perfecta y me ha levantado el novio. Menos mal que tiene los tobillos gordos.

El caso es que todos los años se reponen estos ídolos de barro -programas infumables mediante- y todos ellos arrastran miles de descerebrados dispuestos a rascarse el bolsillo para idolatrarlos, ya sea mandando una docena de sms’s al 27450 o rascándose el bolsillo para pagar el master o unos louboutines a su ídola, que es lo último de lo que se tiene constancia. No sé yo ya si esta afición es una consecuencia indirecta del índice de paro  o viceversa. Y esto lo pongo en negrita para que destaque.

Los nuevos personajes mediáticos se juegan, como mínimo, una temporada más o menos rentable y en contados casos una larga vida para vivirla del cuento. Convendría recalcar que los sueldos que perciben todos estos elementos ávidos de fama y oropeles de pexiglás son bajísimos si nos atenemos a lo que exponen. Digo esto ya que ayer mismo veía el vídeo de la llegada de Susana a la huerta murciana y yo, que odio las multitudes especialmente en verano porque desconozco si tienen bidé en sus casas, pensé que ni por todo el oro del mundo me dejaría sobar por una masa enfurecida. Por lo menos ella se ha llevado los 300.000, pero las otras criaturas se pasan todo el verano haciendo el memo por cuatro gordas. Claro que la vanidad, las lisonjas y los regalos que los inflamados borregos les dedican contribuyen a engordar sus egos.

De entre el selecto mamporrerío que rodea a toda esta fauna de idoluchos podría hablar hasta la eternidad. Incluso me atrevo a clasificarlo. De momento mencionaré a tres grupos:

-Frikis amanerados

-Señoras en pleno climaterio

– Jovenzuelas (y no tanto) adoratrices del Grey de los cojones.

Los podríamos dividir en subgrupos pero ya estamos como siempre y me estoy pasando el guión por el forro. El segundo grupo es el más activo de todos y goza de mayor poder adquisitivo. Se distinguen por abusar de términos como cielo y cariño; por establecer comparaciones entre la vida que fingen los ídolos de barro durante el tiempo que dura la farsa con las suyas propias; y  por adoptar como hijo virtual a algún efebo guapetón con escote  y apoyar la relación que tenga con la guapita de turno. Son las llamadas carpeteras y acabo de borrar la frase que había aquí porque en el fondo puedo entender las razones que inducen a este curioso comportamiento.

Pero esto no ha acabado. En el título de este tocho insufrible miento (de mentar) al Debate. Y es que esta edición GH se cierra con un último programa que se emitirá en diferido. Sabemos que los concursantes cumplen con una cláusula de confidencialidad. Parece ser que entre el público había un infiltrado que se ha despachado a gusto reventando el programa que se emitirá el próximo martes. De la información que nos ha ofrecido se desprende que Igor es el mismísimo Belcebú y que Merceditas (no te vayas todavía, no te vayas por favor) le ha perdonado la vida a  Miss Walls. Esta enladrilladora está convencida de que los wallistas no olvidan la humillación que padeció la María Magdalena canaria y la han vengado delante de sus narices.

Dejo capturas con la esperanza de que nadie mate a las mensajeras, ni a la que cantó ni a la que lo difunde.

Hale, sayonara.

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